Fe, gratitud y alegría. Esto es lo que siento en los momentos posteriores a las visitas con Manu. Y a los días, estos sentimientos son hechos.
Lleve a mi padre con Manu hace hoy tres días.
Mi padre, de 81 años es la persona más buena del mundo. Ha resistido como nadie a las enfermedades que arrastra. Nueve operaciones de cáncer en garganta. Lleva de por vida la traqueotomía. Diversos “tornillos” en la espalda. La PEG, o mejor decir que come por vía directamente al estómago porque no puede tragar ya… Tiempo atrás, nos dimos cuenta de que se movía torpe, caminaba torcido, tuvo caídas fortuitas en casa… y dejó de andar quedando sentado en el sofá la gran parte del día.
Con mi mejor sonrisa les digo, que en el día de hoy, mi padre me ha contado como con su nuevo andador ha llegado hasta el súper (cinco manzanas más allá). Como se paraba y se sentaba cara al sol de un día como el de hoy… no hace falta verlo, para dar las gracias a Manuel. GRACIAS MIL
Hay personas en este mundo, que iluminan el espacio que les rodea. Esas personas son como Manu.